¿Cómo resumir los últimos 5 años de nuestras vidas sin morir en el intento? Han pasado tantas cosas, han habido tantos cambios y hace tanto que no escribo que necesitaría varias entradas para ponerme al día. Y es que realmente somos otra familia, soy otra persona.
Para empezar tengo que remontarme a mayo de 2014. Aquel mes llegó a nuestras vidas un perro desnutrido y en un estado lamentable. Infección de piel, sarna, heridas… Eso es lo que veíamos por fuera. Por dentro, una mochila llena de miedos.
Desde el primer momento conectó con Petri, la perra del amor. Allá donde iba ella, iba él. Y así fue durante los 4 años que compartieron juntos hasta que Petri murió.
El Max de 2020 no tiene nada que ver con aquel Max. Después de trabajar sus miedos, la compañía de Berta y Petri, y en definitiva, sentirse querido formando parte de una familia, hoy en día Max disfruta de la vida, del cariño, de los juegos y las excursiones como nadie.
Pasaban los meses y nadie preguntaba por Max. Perro adulto, miedoso y alérgico. Y pasaron más meses. Y Berta y Petri fueron haciéndose cada vez más mayores. Un cambio de grupo a esas edades era lo menos apetecible para todos. Max estaba predestinado a quedarse con nosotras.
De 2014 a 2018 se pararon las acogidas en casa. El tiempo lo dediqué a lo realmente importante, la vejez de mis queridas Berta y Petri. Fueron años también de formarme en cómo ayudar a los perros de manera profesional. Con tantas acogidas llega un momento en que si lo quieres hacer bien te tienes que formar, es inevitable. Pero sobre esto haré otra entrada.
2018 no fue un buen año. Como ya sabéis, Berta y Petri murieron, una detrás de la otra con solo 3 meses de diferencia. Esto fue un gran palo. Todos los que queremos a nuestros perros sabemos el gran dolor al tener que dejarlos marchar. Fueron meses muy duros, también para Max.
La mala suerte quiso que mi padre, con quien tenía un vínculo muy especial, también dejara este mundo a los pocos meses de morir ellas. Y es que la vida es así, a veces muy jodida. Pero como no queda otra que seguir, seguimos.
Max y yo nos quedamos solos compartiendo tristezas, hasta que a finales de ese mismo año llegó a nuestras vidas Lis, una perra también mayor, con una gran mochila repleta de miedos hacia personas pero muy cariñosa con Max y con ganas de pasarlo bien, justo lo que necesitábamos.
Las primeras semanas solo quería estar con Max, allá donde iba Max iba ella. Y cada vez que yo entraba en casa intentaba esconderse para que no la viera. Ha costado mucho de criar pero hoy en día Lis disfruta de la vida feliz y resuelta. Es muy cariñosa conmigo y con las personas en las que confía, y le encanta dar besos!!
El 2018 aún nos preparaba otra sorpresa más. Una noche de lluvia, cenando con unos amigos, cuando ya había asumido que de nuevo tenía en casa 2 perros seniors y que no teníamos hueco para nadie más, apareció de manera rocambolesca una pequeña gatita, cariñosa, pequeñita. Siempre tuve en mente adoptar un gato pero nunca encontraba el momento, la combinación perfecta de familia para ello. Pero a veces la vida es así, si tardas mucho en decidir te la presenta en la puerta de tu casa.
Teo, que así la llamamos cuando aún no sabíamos ni el sexo, es la alegría de la casa en todo momento. ¡Me siento tan afortunada por contar con ella! Tiene unas habilidades sociales increíbles, criada entre perros pues os podéis imaginar, es una gatiperri, contagiada del mundo zen de mis galgos, muy cariñosa conmigo e independiente a la vez. Encaja perfectamente en nuestra familia y estamos encantados con ella.
Mi nueva familia.
Así es como la vida sigue, creando una nueva familia, nuevas experiencias, nuevos recuerdos. No ha sido nada fácil, Berta y Petri ocuparán siempre un lugar irreemplazable, se les echa muchísimo de menos y vienen muchas veces a mi mente, pero Max y Lis cuentan con un lugar ahora privilegiado, el lugar del presente. Y juntos estamos compartiendo muchas aventuras y momentos de diversión y cariño, afortunada me siento!
Formarme como Educadora Canina ha servido para darme cuenta de la cantidad de cosas que hacemos mal, la cantidad de información que aún desconocemos o malinterpretamos. Me ha ayudado a poner todo el conocimiento en su sitio y así poder ayudar más y mejor a los perros de Galgos112.
Durante los dos últimos años tampoco han habido acogidas en casa, he querido darles su tiempo a Max y a Lis, y ayudar a la asociación de otra manera, ofreciendo mi asistencia como educadora canina de manera altruista para todos los acogidos de la asociación que lo necesiten.
Muchos de los perros rescatados llegan con altos niveles de estrés, ansiedad y miedos. Es importante saber cómo ayudarles en el proceso de adaptación, qué hacer y qué no hacer, qué ayuda, qué estorba y qué no sirve de nada.
Ha cambiado tanto la cienca del comportamiento canino en los últimos años que os sorprenderíais la cantidad de cosas que hacemos ‘por herencia’ y que no aportan nada ni ayudan a la adaptación del perro a su nuevo mundo.
Y así es como reiniciamos esta nueva etapa en nuestras vidas. Cuando abrí el blog, era la mejor herramienta para difundir tu trabajo. Ahora el mundo de las redes nos ha pasado por encima, si no eres visible en redes parece que no eres nadie, pero eso no es la realidad.
Las redes son una parte pequeñita de la realidad. En cambio, el mundo que nos rodea es inmenso. No dejes de observarlo.