El día que fui a conocer a Berta fue emocionante. Hacía por lo menos un año que me rondaba la idea de adoptar un perro. Siempre me han gustado los animales en general, y los perros en particular.
Un día, navegando por Internet di con Galgos112 y aquí empezó todo. Una llamada, una visita a casa, muchas conversaciones telefónicas con María, la colaboradora de Valencia…
Una noche María me llamó para hablarme de Berta. La había recogido hacía casi un año de una perrera donde la iban a sacrificarla porque llegó muy enferma de Leishmania y preñada. Sacrificaron a sus cachorros y le pusieron fecha. Alguien llamó a María y la sacó de allí. Después de 5 meses de recuperación, Berta estaba estupenda y guapísima, aunque aún la estaban tratando.
Una pareja se encariñó con ella, y decidieron llevársela, aunque aún no estaba esterilizada, con el compromiso de hacerlo ellos. A los tres meses la devolvieron porque se les había quedado preñada. Ya no la querían. Así que Berta regresó a Galgos112. La operaron antes de que pariera, y en aquel momento se estaba recuperando de la operación.
Si la aceptaba, podría tenerla en una semana. Era una perra adulta, de entre 5 y 7 años. Tranquila y de tamaño mediano, que para mi minipiso era perfecto. Así que por mí, adelante.
Fuimos a visitarla el fin de semana. Estaba en una casa de acogida. Esta es una de las primeras fotos que nos hicimos el primer día.
Nada más verla, tenía claro que Berta se vendría conmigo a casa, para siempre. Y así fue. El sábado siguiente se hizo eterno hasta que llegó a casa. Reza y Tania estuvieron conmigo todo el día, hasta las 7 cuando llegó Berta. 26 de Septiembre de 2009.
Tania y Reza
Cuando la vimos llegar, andando con su finura con María y familia, me entró mucha risa. Ya en casa, le había comprado una camita para ella, y nada más llegar, se aposentó en su nuevo trono.
Esto es para mí
Para ella fue como si hubiera estado allí toda la vida. Salimos a dar nuestra primera vuelta por el barrio. Me hace gracia recordar mi inexperiencia, jaja. No sabía cómo pasearla, ni qué significaban esos gruñiditos que hacía cuando se acercaba a otro perro… Pensamos que pasaría mala noche, que lloriquearía y extrañaría la casa… Y resultó que la única que no durmió fui yo!
Al día siguiente, Berta estaba en casa como si siempre hubiera estado. No se movió de su cama hasta que no nos levantamos nosotros. En ese momento no sabía que así iba a ser la vida con Berta. Duerme como un lirón, y por las mañanas hasta que yo no asomo la cabeza, ella ni se levanta. Tiene un aguante que da miedo!
Ya me he camelado a esta, jeje
Ahora hace ya más de 7 meses que vive conmigo, y estoy encantada. Berta es una perra muy especial en todos los sentidos. Efectivamente, durante los primeros meses no puedes conocer realmente al perro. Muestra de ello es esta fotografía de Berta… cuando no entraba a la cocina…
Voy a fingir que soy buena, jeje.
Ahora que ya conocemos a la verdadera Berta, es mejor de lo esperado. Ha conquistado a todos los que la han conocido. En el fondo, estamos convencidos que Berta piensa que es una personita, jeje. Le encanta estar con las personas, también tiene sus momentos de jugar con los perros.
Es una galga cariñosa e independiente al mismo tiempo. Lista, cabezota, alocada, dormilona…
Es la sofisticación expresada en galgo. Odia ensuciarse. No la verás pisar un charco de agua ni de broma, esquiva todas las cacas de perro que se encuentra en la calle, y si por error pisa una, la ves mirándose la pata y dando sacudidas para que ‘esa porquería’ desaparezca de su maravillosa pata, jaja.
Berta es mi primera galga, la más, la mejor, la única… Berta es nuestra Audrey Hepburn particular.
El Sudoku de Celfa 